Recientemente he tenido la oportunidad de visitar Galicia y un elemento característico de esta región y que me gustaría destacar es el Hórreo Gallego.
Se trata de un tipo de construcción utilizada para proteger los frutos de la cosecha fundamentalmente maíz. En el Hórreo se almacena, seca y conserva el grano, que exige una buena ventilación, aislamiento y protección de la humedad, además de un adecuado sistema de defensa contra insectos y roedores.
Los Hórreos gallegos son de planta rectangular y están construidos en piedra, a diferencia de los asturianos son de planta cuadrada.
Su origen no esta claro, una de las hipótesis es que comenzó con el Imperio Romano, otra teoría es que procede de la época celta y que luego fue mejorado con importantes adaptaciones por parte de los romanos, es muy probable que los pilares sean la contribución romana.
El Hórreo se eleva del suelo mediante pilares para su mejor aireación, estos están coronadas por unas placas redondeados para evitar el acceso al granero de roedores. Las columnas son monolíticas y tienen formas variables tendentes siempre a la simplicidad geométrica.
La cámara es el recinto en el que se almacena el grano, por lo general tiene planta rectangular y altura, anchura y longitud variables. La longitud de la cámara oscila entre 1,30 y 1,50 metros, con el objeto de que las espigas no estén muy lejos de la pared. La cámara está constituida por las siguientes partes: unas vigas inferiores llamadas grades o pontóns, el suelo de tablas sobre ellas, unas columnas, las padieiras y los pinches que son unos elementos de cierre o paredes laterales, de materiales diversos y con numerosas aberturas de ventilación, unas vigas superiores llamadas soleiras, y unos elementos de cobertura que acostumbran a ser a dos aguas. Las paredes permiten la ventilación por todos los costados y la estructura se protege de la lluvia con un tejado de teja a dos aguas que se adorna en los dos extremos con cruces y otras formas en piedra.
Formando parte de la composición del Hórreo hay toda una serie de elementos que no tienen utilidad práctica, son adornos y expresan la concepción que tiene el paisano de su relación con el cultivo y con la guardia del grano, desde una perspectiva antropológica y cultural. Sobre el tejado es fácil encontrar un amplio repertorio de elementos terminales con un sentido a medio camino entre lo decorativo y lo funcional,cruces, guardavientos, remates piramidales etc.
Gracias, ha sido muy interesante