A lo largo de la historia, el valle de La Orotava ha ejercido una fascinación importante sobre los viajeros y visitantes que recalaban en la isla de Tenerife. Este interés ha estado fundamentado principalmente en las espectaculares condiciones paisajísticas y naturales de este ámbito territorial.
En sus peregrinaciones y viajes de descubrimiento, multitud de figuras relevantes para la historia y cultura europea han transitado por el norte de Tenerife con motivo de su estancia en la isla. Desde Humboldt, von Buch y Darwin, desde la esfera científica, a Richard Burton, entre los exploradores y aventureros, han contado en sus textos la experiencia canaria a su paso por este paisaje, magnificando las peculiaridades del lugar.
La generalización de la costumbre de los viajes que se desarrolla a partir del siglo XVIII entre capas más amplías de la población europea, primero entre los grupos más cultos de la aristocracia para luego democratizarse y alcanzar a segmentos extensos de la burguesía, convierte a Canarias en un objetivo para los desplazamientos, aunque en un principio presentando un atractivo secundario frente a otros destinos con perfiles culturales de mayor relevancia y encanto. La costumbre del Grand Tour, el viaje de iniciación y conocimiento de los lugares donde se sitúan los fundamentos culturales y se desarrollan los conocimientos científicos de la Ilustración es el antecedente del turismo de masas tal como se conoce posteriormente en la segunda mitad del siglo XX.
En este contexto, el valle de La Orotava y en particular el Puerto de la Cruz han tenido un papel destacado como experiencia viajera de tantos personajes centroeuropeos y anglosajones.
Con la destrucción del puerto de Garachico en el siglo XVIII, a consecuencia de una erupción volcánica, el Puerto de la Cruz se convirtió en el principal puerto de la isla sirviendo de base para un floreciente comercio frutícola y vinícola. Según varios autores los primeros excursionistas llegaron a la isla a bordo de los barcos de vapor de las compañías fruteras. Fue el antecedente de la importante actividad turística que se desarrollaría en siglos posteriores.
Pescante en la zona de El Penitente
Excursionistas alemanes junto a niños del lugar (1906)
Pareja de alemanes en la playa de Martianez (1906)
A partir de la identificación de este atractivo genérico, el Puerto de la Cruz experimentó un desarrollo muy importante en las primeras décadas del siglo pasado que motivó la aparición de algunas instalaciones hoteleras, como los hoteles Marquesa y Taoro, que sirvieron de albergue a las primeras oleadas de viajeros que acudían para conocer las maravillas naturales y aprovechar las excelentes condiciones de la zona para el baño terapéutico en el mar. Estas bondades curativas se propagaron por toda Europa lo que hizo proliferar la frecuente visita de gentes venidas del extranjero. De esta manera el Puerto de la Cruz dejó atrás su actividad comercial, motivada por la crisis de la exportación del vino y la cochinilla así como por el desarrollo del puerto de Santa Cruz, para acogerse definitivamente al fenómeno turístico. Se convertiría, según muchos autores, en la primera ciudad turística española.
Hotel Taoro
Vista de la playa de Martianez junto a la plantación de platanos
La aparición en los años 60 del transporte aéreo intensivo y las vacaciones anuales entre amplias capas de la población trabajadora europea consolidó unas expectativas significativas respecto a la posibilidad de atraer a Canarias un turismo de masas proveniente del norte del continente. En el Puerto de la Cruz, este hecho se tradujo en la construcción acelerada de piezas de ciudad y nuevas infraestructuras destinadas a hospedar a crecientes grupos de visitantes que buscaban un descanso basado en el baño y el soleamiento.
Los Beatles durante su estancia en el Valle de La Orotava (1963)
Camellos como atracción turística en la Plaza del Charco
Bañistas en la playa de Martianez
Zonas enteras del Puerto de la Cruz fueron construidas con una gran rapidez siguiendo un modelo excesivamente desarrollista, propio del turismo de masas. Es el caso de la península de Martíanez y las sucesivas urbanizaciones de La Paz en la parte alta del núcleo urbano. No obstante, lo característico del Puerto de la Cruz y del conjunto del valle de la Orotava a lo largo de su desarrollo como destino turístico ha sido la mezcla de las infraestructuras alojativas con las edificaciones residenciales, formando unos ámbitos urbanos en los que predomina una alta tasa de población local, siendo, por otra parte, esta característica uno de sus principales atractivos para los usuarios habituales y ocasionales.
Postal promocional de los años 70 con los hoteles en la Ladera de Martíanez
Actualmente es un destino turístico en un preocupante declive debido principalmente a la amenaza que suponen algunas ofertas territoriales alternativas posicionadas en mejores condiciones que han venido apareciendo en los últimos años. El valle de la Orotava es, hoy en día, un destino maduro que apenas crece y que, además, sufre la competencia dentro del archipiélago de otras áreas que cuentan con infraestructuras más modernas así como de otras regiones turísticas también relacionadas con el continente europeo que ofrecen los mismos recursos destinados hacia el turismo de sol y playa a unos precios más económicos y más agresivas en su promoción y calidad de servicios.
Actual estado de las infraestructuras hoteleras en la península de Martianez
Por todo lo anterior entendemos que el Puerto de la Cruz dentro el marco del Valle de La Orotava necesita de una redefinición de los recursos a ofertar al visitante, debiendo de acometerse una reorientación estratégica hacia un turismo específico que incentive la renovación general de este destino turístico. Esta renovación debe acometerse por un lado mediante la recualificación del espacio público y de los recursos turísticos de soporte a la actividad, y por otro lado con la rehabilitación de las infraestructuras hoteleras y alojativas privadas existentes.
Lógicamente, la base de lo anterior debe centrarse en una investigación exhaustiva y la catalogación de los valores naturales, históricos, etnográficos y culturales que permita documentar de una manera atractiva la tematización que se pueda ofrecer en este caso.
Lago de Martianez diseñado por Cesar Manrique junto a la Avenida de Colón reformada por GBGV arquitectos
(Texto a partir del prólogo del trabajo realizado por CPPA para la Viceconsejería de Turismo con título: Establecimientos Turísticos. Propuesta de Actuaciones para la Rehabilitación Edificatoria. Área del Puerto de la Cruz)
Ya casi no recordaba ese trabajo que hicimos. Fue hace casi 6 años para Pilar parejo cuando era Consejera de Turismo.
Ha pasado una eternidad y el Puerto sigue igual: en su modorra colectiva.
Quizás sea lógico lo que ocurre, aunque sigue siendo una gema sin pulir.
Estoy totalmente de acuerdo en la necesidad urgente de una renovación integral del Puerto, es un lugar provilegiado que necesita adaptarse al nuevo siglo y a las nuevas necesidades de los visitantes tanto foráneos como locales.
Cuantas cosas no conocía…Gracias
Hace casi 6 años de ese trabajo y la situación del Puerto no es que siga igual, sino que desgraciadamente ha ido a peor. Ha coincidido la crisis en el sector turístico del Puerto de la Cruz con la crisis económica que estamos padeciendo. Esto, tristemente, se ve reflejado en el cierre de hoteles que vemos en la actualidad, o en su defecto, en la decrepitud de muchos de los establecimientos turísticos, empeorando de manera significativa la imagen de este destino turístico.