Canarias en 1950

 Pescaderas preparando el pescado “jareado”
En las últimas semanas ha circulado por Internet una copia de un artículo sobre Canarias, publicado el año 1955, en la revista americana National Geographic Magazine. Es un documento gráfico de primera magnitud para comprender el cambio radical que ha experimentado este archipiélago en tan solo una cincuentena de años.
 
En esa reseña, acompañada de unas impactantes imágenes de las islas, Jean y Franc Shor presentaban las costumbres, los paisajes y las ciudades más destacadas de Canarias, como un idealizado paraíso floral de habitantes amables dedicados a las labores agrícolas. Así dirían: Allí hay trabajo y comida para todos: los precios y los salarios son bajos.
 
Ideológicamente, la imagen de las Islas Afortunadas se había reconstruido desde finales del siglo XIX bajo una interpretación idealizada del pasado, que se refleja a lo largo de casi todo ese texto y sus ilustraciones, enmascarando una época de estrecheces en la que Canarias lo pasaba muy mal económicamente. Eran unos años en los que los isleños trataban de salir de su atraso, proyectándose al exterior como una forma de paisaje y cultura peculiar a la búsqueda de un turismo de masas. Así se explican pensamientos como los siguientes: El Corpus Christi es el momento en que las gentes llevan sus ropajes más agradables, hay cantos y bailes día y noche. Canarias siempre está maravillosa y pienso que les gustarán las islas de la Fortuna, en palabras de Francisco Pérez Naranjo, recogidas en el artículo. En unas islas coloristas, los nativos pavimentan las calles con pétalos en la época del Corpus, dirían también los Shor
El turismo es una forma de presentar los atractivos de un lugar como recursos económicos intangibles que se apoyan en la imagen fotográfica. Algo de esto ha explicado Carmelo Vega en su libro, Lógicas turísticas de la fotografía.
Lo interesante, en este caso, es analizar detalladamente la combinación de imágenes entremezcladas, que enseñan el territorio, las formas urbanas y unas costumbres festivas, casi preparadas para su contemplación. Una imaginería de Canarias que exhibe una escenográfica cultura pastoral, presidida por hermosas jóvenes pescadoras y radiantes campesinos. Pero también un territorio con impactantes posibilidades paisajísticas.
 Las alfombras del Corpus Christi en la calle de León y Castillo junto al parque de San Telmo en Las Palmas
 
En 1955, las franjas costeras de las ciudades de las Palmas de Gran Canaria y Santa Cruz de Tenerife, aun no habían sufrido las poderosas transformaciones que supusieron la construcción de la avenida Marítima, por un lado, y la ocupación por la barrera de edificios de la calle de la Marina, por otro. La calle principal de la villa de La Laguna aparece habitada por romeros y su ganado, con todas las viviendas tradicionales que existían, intactas; mientras, en la isla de Lanzarote, una familia de campesinos montados en su camello atraviesa un paisaje interior del valle de Haría, extensamente cultivado; y en los Llanos de la Palma, un grupo de niños aparecen junto a su casa, rodeados de flores y chumberas.
  Pescadores en el muelle de Las Palmas. Al fondo, el frente martímo del barrio de Triana 
 La fachada marítima de Santa Cruz de Tenerife, en 1950
 Bucólicas imágenes de Los LLanos de Aridane, en la isla de La Palma y campesinos lanzaroteños
 El paisaje agrario del valle de Haría en la isla de Lanzarote
Lecheras de Tenerife, con sus instrumentos de trabajo almacenados, en su desplazamiento habitual a la ciudad
Me ha llamado poderosamente la atención una fotografía en concreto: un grupo de lecheras viajan en una antigua guagua, con sus cántaros amontonados en el techo. Unos personajes habituales en los entornos urbanos de mi niñez, que ofrecían sus productos ganaderos artesanales por las casas y recogían, a su vez, los restos de comida para alimentar a sus animales. Una auténtica combinación de reciclaje informal que funcionaba eficientemente sin la necesidad de los requisitos burocráticos, supervisiones y permisos actuales.
 
Este artículo, Las Canarias, las islas afortunadas de España, resume una visión de una época más sencilla y simple que la que nos ha tocado vivir en estas últimas décadas.
La calle de La Carrera de la ciudad de La Laguna, en plena Romería de San Benito. Tenerife, 1955

5 comments to Canarias en 1950

  • Pablo Zurita Espinoza

    La mayoría no habíamos nacido o no estaban aquí.

  • Atilio Doreste

    que casualidad, saqué un post sobre esto ayer: http://www.facebook.com/l/9e510/tallerdeaccionescreativas.blogspot.com/

  • Tomás Dorta

    La verdad que muchas de estas cosas ya me las contaba mi abuela y alguna mi madre tambien :) Era una época más sencilla, dura por las condiciones de insularidad, pero donde todo el que quería, trabajaba y aunque había necesidades, ya en los … 50 no se pasaba hambre (o por lo menos es lo que me cuentasn a mi). Una cosa si que es verdad, y es que aunque el paiaje a cambiado enormemente, las costumbres y las gentes poco o eso me parece a mi :)

  • Marilí Lorenzo del Pino

    ¡Que impresión! Mucho lo recuerdo perfectamente. Se distingue perfectamente la torre de mi colegio, vete a buscarla ahora entre tanta mala edificación.

  • Miguel González Martín

    fede , muy bien por recordar nuestro pasado , reciente, me gusta ver esas fotos de como eramos ….pero no te veo en ninguna ..q pasa ..