Bernard Arnault, una de las grandes fortunas francesas y presidente del emporio de tiendas de lujo LVMH (Louis Vuitton y Moët Hennessy), contrató los servicios del arquitecto Frank Gehry para dar forma a un museo que finalmente decidió situarse en los terrenos cedidos por el Ayuntamiento parisino en pleno bosque de Boulogne.
El bosque al oeste de París, en el límite del distrito XVI, dos veces y media más grande que el Central Park de Nueva York y tres más que el Hyde Park de Londres, este parque parisino regala historia, ocio y, sobre todo, momentos del cine frances.
Aquí debería alzarse dentro de unos años (la inauguración estaba prevista para 2012) un impresionante inmueble acristalado de más de 40 metros de alto por 150 de largo. Además de los espacios de exposición, dedicados al arte del siglo XX y XXI, la Fundación contará con un auditorio, terrazas y un centro de documentación, repartidos sobre una superficie de 2.400 metros cuadrados. Pero ni la originalidad del diseño ni el prestigio del arquitecto, autor del Museo Guggenheim de Bilbao, emociona mucho a los vecinos, organizados en torno a la asociación Coordination pour la Sauvegarde du Bois de Boulogne. Para ellos, pese a todas sus transparencias, el edificio no deja de ser un bloque de hormigón en medio de su bosque. Y consideran ilegal la maniobra del Ayuntamiento de París que permite la edificación de este terreno, por lo que han recurrido ante la justicia. A finales de enero, un tribunal les dio la razón y anuló el permiso de construcción.
El Ayuntamiento, gobernado por el socialista Bertrand Delanoë, recurrió la sentencia y el tribunal de apelación acaba de decantarse esta vez a favor de la municipalidad.
La construcción, en forma de nube y con formas similares al museo Guggenheim situado en Bilbao, ha sido alabado por su estética dentro del gremio artístico pero los defensores del parque Boulogne han comunicado que seguirán luchando para paralizar el proyecto.
En medio de este embrollo jurídico y político, Gehry se ha manifestado “consternado, indignado y furioso”, en declaraciones al diario británico The Telegraph. “Quieren poner París en formol. Es bastante patético”, comentó por su parte al Journal du Dimanche el francés Jean Nouvel, tras conocer la primera decisión de justicia que paralizó el proyecto.
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