La torre Ibredrola de Cesar Pelli, un nuevo símbolo para Bilbao.
Esta semana he pasado por Bilbao rumbo a su aeropuerto. Movido por la curiosidad me he acercado al área de Abandoibarra para ver los cambios que se han producido recientemente en esta zona central de la ciudad. Allí me he encontrado con la presencia imponente en el centro del valle de la nueva Torre Iberdrola, que se yergue solitaria sobre un mar de edificaciones contemporáneas.
La ría de Bilbao encajonada en un serpenteante valle entre montañas y verdes colinas siempre me ha parecido un emplazamiento privilegiado que ha dado lugar a una conformación urbana peculiar. La ciudad tiene una personalidad innegable que se debe sobre todo a ese emplazamiento encantador que combina zonas más o menos llanas con laderas pronunciadas y en su centro la presencia del agua. Es una personalidad geográfica especial que se extiende a la manera de ser de sus habitantes, los bilbaínos.
La nueva plaza de Euskadi con la integración de la nueva arquitectura realizada
En las últimas décadas, en este conglomerado de barrios residenciales, y áreas productivas que es el área metropolitana de Bilbao se ha apostado por el traslado de las instalaciones portuarias a la desembocadura de la ría y algunas antiguas fábricas a la periferia exterior. Un esfuerzo que ha permitido concentrar la transformación de la parte central de la ciudad en torno a los antiguos astilleros de Abandoibarra, en la margen izquierda y junto a su ensanche decimonónico representativo.
Allí se ha producido una metamorfosis urbanística de gran calado, que ha supuesto la recuperación de la zona más significativa de la ciudad, un lugar que hoy es un hervidero de visitantes. La presencia inicial del Museo Guggenheim ha ido complementándose paulatinamente con otras piezas arquitectónicas que conforman una colección de edificios dispuesta sobre un tapiz ajardinado, diseñado en la superficie ocupada anteriormente por sucias fábricas, vías de tren y almacenes al aire libre de piezas de hierro y detritus de todo tipo.
Ha sido una operación planificada con eficiencia a lo largo de varias décadas. En ello, los bilbaínos han logrado organizarse colectivamente de una manera compleja para acometer apuestas arriesgadas que han tenido, en general, un éxito destacable. Partirían de una situación de decaimiento urbano y económico destacable, originada por la obsolescencia de unas actividades productivas industriales que no resultaban competitivas en un entorno mundial que prima el abaratamiento de los costes y el traslado de las producciones hacia países con salarios bajos. La degradación preexistente afectaba a la calidad ambiental de la propia ría que se había llegado a transformar completamente en una cloaca a cielo abierto, justo en la parte urbana central de este espacio metroplitano. El problema se extendía también a un entorno concreto triturado por la presencia de vías y puentes que aislaban la zona del resto del entramado urbano.
Tranvía de Abandoibarra en el eje viario central del área
La transformación de Abandoibarra se ha apoyado en la constitución de instituciones de gestión específicas, que han promocionado y dirigido actuaciones económicas y espaciales, como el plan estratégico Bilbao Ría 2000. Mediante estos instrumentos se analizarían las oportunidades para devolver actividad y brío a la ciudad, decidiendo optar por la potenciación del entretenimiento cultural como catalizador de una renovación del conjunto.
La margen izquierda de la ría de Bilbao con los nuevos edificios construidos en los últimos años. Al fondo, el museo Guggenheim
El plan Bilbao Ría 2000 apostaría inicialmente por la renovación de la calidad del agua, eliminando gran parte de los vertidos urbanos que producían su deterioro, para luego poder comenzar la transformación positiva de sus márgenes. Junto a ello se propondrían otras importantes actuaciones de infraestructura como la implantación de una red de metro para la ciudad, cuya imagen y formalización más arquitectónica fue encomendada al equipo británico Foster Associates.
La renovación del área de Abandoibarra, formaría parte de aquella estrategia más amplía, que se concretaría en un plan urbanístico, aprobado en 1993. Plan que vendría a actuar sobre 300 hectáreas y sería el resultado de un concurso internacional de ideas ganado por un equipo amplío dirigido por el arquitecto americano Cesar Pelli. Ese plan definiría una inmensa alfombra verde dividida en varias grandes manzanas de ciudad sobre las que se podrían colocar equipamientos públicos y edificios representativos con versatilidad. Serpenteando paralela a la orilla se dispondría un eje viario y de transporte público que iría conectando y definiendo la accesibilidad general. La integración con el ensanche de la ciudad se definiría mediante otros elementos, como un gran eje urbano, la avenida de Mazarredo y una gran rotonda formalizada en anfiteatro, la que luego ha sido la plaza de Euskadi, junto al parque romántico de Doña Casilda. El plan para Abandoibarra apoyaría también la integración de la otra margen de la ría, manteniendo los existentes puentes de Deusto y de la Salve. Posteriormente, se irían añadiendo otros nuevos enlaces, como el de Euskalduna Zubia.
Aquel planteamiento urbanístico permitiría la integración sucesiva de distintas y variadas piezas construidas a lo largo de estas dos décadas pasadas. En sus comienzos se lanzaría un órdago de primer nivel con la operación museística ligada al Guggenheim, que junto a la ubicación allí del Palacio de Congresos Euskalduna, tendría un éxito internacional impresionante. Ha supuesto la puesta en marcha de una nueva economía que finalmente ha tirado económicamente de toda la ciudad y su región
Planta tipo de la nueva torre de oficinas de la empresa Iberdrola
Hoy en día, la zona se ha completado en gran medida y ha ido llenándose paulatinamente de nuevos edificios, con mayor o menor eficacia arquitectónica. Es el caso de la Biblioteca de la Universidad de Deusto, de Rafael Moneo, el centro comercial de Zubiarte de Robert Stern y el hotel Sheraton del mexicano Ricardo Legorreta.
Una última adición ha sido la torre de la empresa eléctrica Iberdrola. Un proyecto de César Pelli que preside la plaza de Euskadi, marcando su eje más significativo con su imponente presencia de más de cuarenta plantas. En un paisaje urbano achatado, caracterizado por unas alturas uniformemente bajas, destaca como una imponente mole que define el nuevo centro urbano de la ciudad en el paisaje. Mientras en otras ciudades se promocionan aglomeraciones de edificios y rascacielos en altura en sus centros comerciales y de negocio, en Bilbao se ha optado por un único faro bautizado con el nombre de la empresa más significada de la ciudad.
La sensación que produce el nuevo recinto de Abandoibarra es desigual. Su resultado urbanístico ha sido el producto de las tensiones entre las oportunidades constructivas y una idea decimonónica de ordenación. Hoy, presenta un conjunto de actuaciones diversas que tienden al autismo y que no se coordinan bien entre ellas a pesar de la previsión futura de un manto verde unificador. Es un problema generalizado en el urbanismo contemporáneo, la contradicción entre la búsqueda de una expresión individualizada de las arquitecturas y la necesidad de formalizar una idea coherente de ciudad.
Muy agradecido por tu artículo tras tu paso por Bilbao , después de un largo periodo sin noticias hasta nuestro reciente encuentro en Santander .
Algunos comentarios de urgencia , estrictamente como vecino de Uribitarte , aguas arriba , entre el Guggenheim y el Puente del Ayuntamiento de Bilbao :
1 .- Nunca encuentro mención ,en ninguna publicación ,al Arquitecto Municipal que intervino en la configuración del Paseo de Uribitarte sobre el interceptor del Consorcio de Aguas, entre ambos elementos mencionados , para radical transformación de los obsoletos muelles fluviales, cuya actividad se deslizó aguas abajo hasta el Puerto Exterior : Elías Mas Serra .
2 .- En la “Guía de Arquitectura Urbana de Sestao “ se documentó la autoría de la Estación de la Línea 2 del Metro en Urbínaga -Sestao, del ICCP Manterola .
Asimismo , en la “Guía de Arquitectura Urbana de Barakaldo “, la intervención de los arquitectos gipuzkoanos Pagola & Uzcanga , autores de la Estación de idéntica Línea 2 , en Ansio – Barakaldo , junto al BEC .
Y en la “ Guía de Arquitectura Urbana de Erandio “ , de próxima aparición , se referencia la Estación de la Línea 1 en tal localización de Don Paco Oíza .
De acuerdo a la atribución generalizada a Norman Foster de la imagen del Metro – Bilbao , más que afortunada , con aportaciones de otros intervinientes otros ,habitualmente ninguneados .
3 . – En Abandoibarra , como en rebotica , se encuentra de todo ,empezando por la definición del área , contestada por la AVNAU a través de alternativas no tomadas en consideración , quince años atrás .
Y en cuanto a las arquitecturas , el reciente edificio residencial de Rob Krier , casi nos reconcilia con el Centro Comercial Zubiarte , de Robert Stern , a mi particular juicio , claro : los comentarios escuchados en los semáforos de la Plaza Euskadi resultan de lo más laudatorios y , casi siempre , en detrimento de los dos edificios vecinos del Equipo Ferrater .
Estimado Manu:
Mi texto es un reflejo de lo que nos pasa a los que vemos las cosas desde fuera: Que no nos enteramos de la cocina interna y solo sabemos de la realidad por lo que acaba siendo publicitado, tanto por los responsables políticos como en los medios profesionales.
Es un problema que tenemos en todos lados.
Los promotores siempre prefieren el bombo a las estrellas rutilantes de la arquitectura -que da la televisión, los periódicos y las revistas- al trabajo bien hecho pero anónimo de los cercanos.
No sé como se pueden cambiar estas cosas pero hay que intentarlo.
Gracias por la información.