Noruega es un país lleno de maravillas paisajísticas que son el resultado del plegamiento natural de la corteza terrestre. Visitar esa zona del planeta es toda una experiencia llena de infinitas sorpresas relacionadas con la contemplación de la naturaleza.
En esos lugares se tiene una especial reverencia a la relación con lo natural que probablemente es el resultado de la interacción humana con la geografía. Cuando se visita Noruega se observa el especial cuidado con que se conservan tanto las ciudades como los espacios montañosos y los bosques.
Recientemente, me han enviado unas imágenes de un lugar especialmente increíble, el Preikenstolen o Púlpito rocoso, cercano a la pequeña ciudad de Stavanger situada en el fiordo del Lysef.
En esos lugares se tiene una especial reverencia a la relación con lo natural que probablemente es el resultado de la interacción humana con la geografía. Cuando se visita Noruega se observa el especial cuidado con que se conservan tanto las ciudades como los espacios montañosos y los bosques.
Recientemente, me han enviado unas imágenes de un lugar especialmente increíble, el Preikenstolen o Púlpito rocoso, cercano a la pequeña ciudad de Stavanger situada en el fiordo del Lysef.
El respetuoso sendero de acceso al mirador
Para ver esta maravilla hay que hacer una pequeña excusión de dos horas por un sendero hasta alcanzar los 600 metros en que se sitúa este mirador. El camino atraviesa paisajes maravillosos, pequeños arroyuelos, bosquecillos para, finalmente alcanzar las estribaciones rocosas que son el anticipo de esta inconmensurable vista en lo alto de los farallones que enmarcan el fiordo.
Vista del Lisefjorden enmarcado por el Preikenstolen
Este fantástico lugar es otra razón más para visitar este maravilloso país tan desconocido realmente.