Transporte ferroviario en Tenerife

El enlace entre el aeropuerto de Shanghai y la ciudad. La única línea en el mundo servida con un tren de levitación magnética

Por Tomás Dorta

La idea de promocionar un sistema de transporte público que reduzca el uso del coche y mejore la movilidad y la conexión entre los lugares y las personas, es una  buena opción colectiva, pero hay que tener en cuenta que debería de ser realmente una alternativa competitiva frente al transporte privado, y con ello reducir la contaminación y ser más cómodo y económico. Es decir, que incite realmente a la población a que lo use de forma constante en su día a día, no como medio de transporte puntual.
Red de trenes de cercanías en la Comunidad de Madrid
 La isla de Tenerife con una superficie de 2.034,38  km2, un perímetro costero de 342  km y una población de 906.854 habs. (según INE 2010), concentrados principalmente en la franja que va desde los Cristianos a Los Realejos, pasando por Santa Cruz y La Laguna, cuenta con dos unidades aeroportuarias y un puerto comercial de grandes dimensiones; es una de las principales islas del Archipiélago. Todas estas cuestiones exigen el planteamiento de nuevas estrategias orientadas a mejorar el transporte, la comunicación y la ordenación más adecuada para ese territorio insular.
El proyecto ferroviario de Tenerife se plantea como una solución para la movilidad y conexión en el conjunto insular, teniendo en cuenta ese espacio continuo que es la zona más habitada de Tenerife, una franja en la que se localiza la mayor parte de la población residente y visitante de la isla, así como las infraestructuras principales de comunicación y abastecimiento, los núcleos urbanos principales de Santa Cruz y La Laguna y los centros hospitalarios y universitarios.
 
Pero hay un problema importante al que una infraestructura como ésta debe enfrentarse y es el impacto ambiental y paisajístico que supondrá para este territorio complejo, dónde uno de los principales atractivos son los espacios naturales existentes, que suponen el 50% de la superficie isleña y se encuentran catalogados y protegidos por ley. Por ello, el trazado de una infraestructura como es un tren, iría en detrimento de estos valores naturales si no se le da la debida importancia y cuidado. Los crecimientos urbanos desmedidos o las edificaciones ilegales, construidas sobre suelo rústico y las autovías que discurren por las medianías dividiendo el territorio ya se han convertido en un problema, como para introducir un nuevo elemento fuertemente impactante sin las adecuadas consideraciones. 
Las dos líneas de transporte guiado proyectadas para la isla de Tenerife
Tal vez una mejor solución para este asunto sea plantear este sistema de transporte no como un gran tren de alta velocidad, ya sea por raíles o por levitación magnética (véase el Maglev o Transrapid que se estudia implantar finalmente), sino como un cercanías. Es decir, un tren ligero que uniera los núcleos urbanos de manera eficaz y puntual, que pueda tener muchas paradas y circule entre 50 y 200 km/h,. Un servicio similar al que existe en Madrid o Barcelona conectando con sus poblaciones cercanas. De tal forma que la gente se viera realmente beneficiada al utilizar estos transportes. Entre otras razones, porque iría a mayor velocidad que el coche; permitiría un mayor número de paradas, generando así mayor capilaridad espacial; también significaría que no hay que desplazarse de un punto A a un punto B obligatoriamente, sino que puedes bajarte o subirte a conveniencia, según donde se resida o se encuentre el lugar de trabajo u ocio al que pretendes acceder. Un sistema más cercano al tranvía ya existente que a los que producen los trenes de Alta Velocidad, que cubren grandes distancias y conectan pocos puntos del territorio.
 
Algunas plataformas sociales plantean también la planificación de carriles bus como otra alternativa; en los cuales las guaguas circulen y tengan preferencia, de tal forma que los atascos de tráfico no les afecten. Este otro tipo de sistema de transporte tendría la ventaja de evitar el consumo desmedido de suelo y nuevas afecciones innecesarias, permitiendo también más paradas y, lo que es más importante, dar servicio colectivo a un coste ya conocido y barato puesto que es el modo de transporte imperante en las islas. En este tipo de sistemas basado en vehículos autónomos no hay que hacer grandes inversiones porque las redes por las que circularía ya existen, consistiendo en las propias carreteras. Además, las guaguas podrían entrar en los núcleos urbanos para dar acceso de centro a centro con mayor flexibilidad en la planificación de líneas y comodidad para los usuarios.
La implantación de importantes infraestructuras de movilidad en un territorio tan limitado debería ser un tema con un nivel de discusión mucho más intenso que el que realmente se produce. Entre administraciones, profesionales y sociedad y acometerse luego mediante el consenso y buscando siempre la solución más adecuada a medio-largo plazo. Conectar un territorio tan complejo y continuo como el nuestro debe siempre tener muy en cuenta la accesibilidad del usuario y la necesidad de movilidad del mismo, no siempre entre las distancias más largas, sino especialmente en las más cortas.
 
P.S. : Como añadido y para que sirva de reflexión, en la serie americana de dibujos animados, Los Simpsons, el capítulo número 12 de la 4ª temporada trata sobre este tipo de transporte, los monorraíles y en términos jocosos y algo exagerados tratan el tema, dejo estos datos para que cada quién busque el capítulo y lo vea, no tiene desperdicio.

1 comment to Transporte ferroviario en Tenerife

  • José Iván Bolaños

    Buenas tardes. Interesante reflexión, D. Federico García. La idea de sustituir el tren de alta velocidad proyectado por un tren de cercanías me parece una idea acertada, principalmente por el mayor número de paradas que tendría. Al fin y al cabo, la población local y los visitantes serían los usuarios de esta infraestructura, por lo que incrementar el número de paradas sería muy beneficioso. En la nueva infraestructura debería primar la mayor integración ambiental con el territorio y la reducción de los niveles de contaminación gaseosa, sonora, lumínica, etc. Hoy en día utilizamos el vehículo privado porque estimamos que nos aporta más “libertad” y que nos lleva directamente a nuestro destino, pero después nos encontramos que hay muchos problemas que salvar: estacionamiento, coste del combustible, mantenimiento del vehículo (revisiones, seguro, impuesto de tracción mecánica, neumáticos, etc.) Por ello, si la nueva infraestructura asegura esa “libertad” a la población, tendrá gran acogida.