IDEAS PARA LA MEJORA DEL PAISAJE INSULAR

El desasatroso encaje topográfico de la edificación como resultado de la aplicación de un nefasto plan urbanístico de los años 70. Urbanización Radazul en la vertiente sur de la isla de Tenerife.

El día 25 de febrero he sido invitado a dar una conferencia en el cierre de las Jornadas Insulares sobre el Paisaje que se celebrarán en la sede de la Caja de Ahorros de Santa Cruz de Tenerife. Estas son las palabras introductorias a lo que allí expresaré:

La sociedad de las islas Canarias lleva bastantes años ya batallando para proteger el frágil y escaso territorio en que vive. Probablemente, desde una perspectiva y con unas herramientas ligeramente inapropiadas. La confianza exclusiva en los dictados de un entramado legal sumamente complejo ha contribuido a la extensión de una fronda burocrática en el gobierno de los usos del suelo, sin parangón en otros lugares del mundo.

<---Dentro de este panorama, los llamados planes de ordenación de inspiración urbanística se han convertido en los campos de batalla en los que se ventilan las contradicciones inherentes al aprovechamiento del territorio. Y esa meticulosa visión legalista que se ha impuesto, ha hecho que aquí los planes sean más instrumentos de ordenación que de planificación. Los Planes Generales de Ordenación de los municipios canarios son un ejemplo de lo que se señala. Actualmente, constituyen extensas justificaciones, dedicadas a cumplimentar la ingente panoplia legal urbanística así como a lidiar con el copioso catálogo de normas sectoriales, cuyo cumplimiento se hace progresivamente más difícil e inverosímil. Esos planes orientados al gobierno del territorio municipal raramente abordan el despliegue de una estrategia para su transformación positiva, abarcando -como correspondería- el consiguiente catálogo de acciones cuantificadas y valoradas. Han acabado transformándose en una inmensa relación de referencias cruzadas y argumentaciones prolijas dedicadas al cumplimiento de la infinita lista de requerimientos que las leyes les han asignado. Un caldo de cultivo ideal para la demagogia, el capricho, la corrupción y el fraude; un espacio en el que se mueven con dificultad numerosos actores (políticos, funcionarios, empresarios y especuladores) y que se caracteriza por una ausencia de transparencia cada vez mayor. La idea de planificar, es decir pensar, jerarquizar, presupuestar y organizar temporal y prácticamente acciones para lograr unos objetivos y, finalmente, conseguir una situación mejor que la que se tenía de partida, ha sido claramente olvidada y sepultada por esa visión legalista imperante que los canarios tenemos sobre la ordenación del territorio.—> <---

Ocupación del territorio insular de Tenerife por la edificación residencial. 2002

Hoy en día, aproximadamente la mitad de la superficie del archipiélago está protegida ambientalmente con una extensa red de normas e instrumentos, que dificultan enormemente las acciones humanas. Es bastante difícil hasta mover una piedra de lugar, al tener que someterse a la aprobación del acto administrativo correspondiente. Un marco burocrático que se ha convertido en un suplicio para aquella minoría de personas que están involucradas con el aprovechamiento del suelo protegido, agricultores, residentes, etc.
Por el contrario, y a pesar de esa maraña legal, la otra mitad del territorio insular se ha transformado en el espacio para la disposición de todos los horrores paisajísticos imaginables y que se pueden ejercer en un lugar concreto. Creo que ha quedado meridianamente claro que las complejas regulaciones instituidas en un largo proceso de décadas no han logrado encauzar adecuadamente la protección paisajística de las áreas urbanas y periurbanas.
En una visión idealista del paisaje, alguien podría señalar que esto es el resultado de la maldad intrínseca a las acciones humanas, al materialismo imperante. O también una consecuencia del egoísmo que se derivaría de una idea tecnocrática del espacio disponible como recinto económico en el cual obtener simple rentabilidad.
De acuerdo a un planteamiento filosófico neoplatónico, el bien y el mal serían estados de las cosas que podemos percibir de una manera innata, su conocimiento no es adquirido. Casi se podría argumentar que la percepción de la belleza del paisaje estaría relacionada con la bondad de las acciones colectivas, con la aproximación al ideal del bien común y el interés general, mientras que la fealdad de los lugares podría ser consecuencia de un déficit social ligado a un individualismo a ultranza, a aquella postura del sálvese quien pueda.

Sheep Meadow. Uno de los espacios más populares del Central Park de Nueva York. Foto: Emilio Guerra, Flickr

A partir de lo expresado, el trazado de una carretera, el proyecto de una urbanización residencial o la valoración de su impacto ambiental son reflexiones que expresarían en sí mismos el mayor o menor grado de adecuación al bien común y, por tanto, la belleza o fealdad paisajística resultante que una sociedad estaría dispuesta a asumir
Creo que ha llegado la hora de tomar conciencia de esta situación y actuar de una manera pragmática. Habría que deshacer parte del camino andado, reduciendo al mínimo imprescindible la carga legal imperante y, consecuentemente, estrechar el marco burocrático relacionado. Poner un mayor énfasis en la calidad y legibilidad de las ideas que se quieren trasladar al territorio y no escatimar en los recursos colectivos destinados a su consecución. Todo lo cual debería redundar en una mayor belleza del paisaje que habitamos.
Y en una dirección positiva, empezar a reclamar las cuestiones más elementales y básicas, aquello que, por evidente, se justifica desde el pragmatismo. Y, lógicamente, ello no debería constituirse en otro argumento para hacer nuevos documentos e instrumentos legales que añadir al amplío abanico ya existente. Como diría Como diría Jane Jacobs en su inteligente libro de 1961, sobre la Vida y muerte de las grandes ciudades: En la seudociencia del planeamiento urbano, años de aprendizaje y una plétora de sutiles y complicados dogmas se han levantado sobre una base de sin sentido.
La legislación urbanística canaria ha impuesto un galimatías de difícil acercamiento y comprensión, incluso para los especialistas que trabajan en este campo. Un maremágnum de disposiciones que en su interpretación hace las delicias de aprovechados y especuladores.
En la mejora del paisaje, una de las primeras ideas que habría que recuperar sería la de la aplicación del sentido común. Otro criterio básico debería ser el de la simplicidad, la definición de pautas que fueran claramente entendibles por toda la población.
Aprovechar algunas cuestiones sencillas establecidas en la legislación vigente (y que son ignoradas actualmente) podría ser una primera acción en sentido positivo. La propia Ley Canaria de Directrices de 2003 tiene un interesante capítulo específico dedicado al tratamiento del paisaje. Una serie de criterios que, raramente son tenidos en cuenta de una manera cabal. Algo similar podría decirse sobre algunos reglamentos aprobados en los últimos veinte años como el de accesibilidad y supresión de barreras arquitectónicas y urbanísticas. O el relativo a la ordenación de las carreteras o el que se refiere a la protección del dominio público hidráulico.
Habría que concentrarse en la propuesta de pequeñas intervenciones y acciones que mejoren realmente la calidad de vida de las personas que habitan esos espacios que consideramos nuestro entorno próximo. Mejoras que influyan en cuestiones tan simples como la capacidad para pasear adecuadamente, para poder moverse como peatón en tu pueblo y en tu barrio. Lograr que el espacio urbano colectivo sea más seguro y armonioso, incrementando la calidad visual y funcional de nuestro paisaje cotidiano. En definitiva, habría que incidir con más intensidad en las acciones para regenerar adecuadamente el territorio común, más allá de los espacios que hemos etiquetado como naturales.

La antigua carretera del Norte. Un espacio sin aceras, algo habitual en los núcleos de Tenerife

Es que algo tan primario como las aceras -que brillan por su ausencia en tantos lugares- son el primer lugar para la socialización, para la interacción colectiva, como señalaría de una manera tan preclara también Jacobs hace más de 50 años. Y, curiosamente, no les prestamos ninguna importancia ni a su disposición ni a su tamaño ni a los elementos que en ellas se sitúan.
Otra cuestión que influye en la calidad de nuestro entorno es la capacidad de los lugares para atraer actividades diversas. Algo que debería fomentarse desde las instituciones públicas. Una urbanización de viviendas unifamiliares puede ser el lugar más monótono e insolidario del mundo. Y es que además, es poco seguro. A los entornos monofuncionales no acuden visitantes o paseantes, si no es por obligación o necesidad, generando la inseguridad que se deriva de la ausencia de personas.
Finalmente, habría que actuar sobre el territorio extenso para mejorar la percepción genérica del propio paisaje insular. Por ejemplo, las actuaciones de repoblación en las superficies del bosque potencial, iniciadas hace una década en la isla de Tenerife, constituyen un ejemplo y el inicio de un camino hacia la regeneración integral del espacio que se observa. Como cuenta Jared Diamond en su extraordinario libro Colapso, Japón pudo ser un territorio devastado en los inicios del shogunato, pero a principios del siglo XIX, una política consciente y deliberada de sus dirigentes había logrado la recuperación de sus bosques, logrando con ello un territorio más armonioso y sostenible que se mantiene hasta nuestros días.

Situación paisajística de la vertiente norte de la isla de Tenerife

Propuesta para la mejora visual mediante la plantación de arbolado de porte en el espacio colindante a los cauces existentes—>

11 comments to IDEAS PARA LA MEJORA DEL PAISAJE INSULAR

  • Alberto

    Me parece fenomenal tus apreciaciones al respecto de la Ordenación urbanística, que lo único que ha realizado es marcar directrices que todo el mundo se salta, legalizar inútilmente el territorio y de paso dar rienda suelta a todo tipo de desastres urbanísticos ( ” en consecuencia territoriales”); No obstante debemos tener en cuenta que la SITUACION ES LA QUE ES y en islas ,en especial Tenerife, el nivel de desorden es tan grande que COMO RESTAURAMOS LO HECHO???
    A mi modesto entender lo primero que debemos hacer es crear una conciencia ambiental y ecológica en la que veamos la isla de verdad como algo nuestro, QUE CONOZCAMOS LA REALIDAD QUE NOS RODEA, que sepamos que estamos en una isla ” por tanto elemento finito” y en el que en una superficie de 2034Km2 tenemos una población de casi 900.000 habitantes, que además tenemos casi 980km2 de suelo protegidos ( cercano al 40% de la superficie)por lo que la concentración humana es muy importante, y consecuencia de esta elevada concentración se debería haber planificado “hacer urbanismo” adecuadamente ya que el “modelo” adoptado actualmente nos ha dado una isla residencial lineal carente de servicios y que impiden el desarrollo social adecuado( véase la foto del hiperdino que adjuntas que por desgracia conozco tan bien), pongase por ejemplo yo mismo que para disfrutar en la Victoria de un parque con mi hija debo cojer el coche para hacer 1km, o jugármela por la carretera sin aceras o en aquellos tramos en los que hay acera no cabe el carrito y todo ello aderezado con LOS TUNNING A FONDO.

    En general en cuanto a la conciencia ambiental y de preservación la batalla está perdida puesto que la mentalidad del Canario joven y en particular del Centro-Norte que es la que más conozco no tiene respeto alguno por el territorio, no lo tienen ni por los mobiliarios urbanos, por los espacios o por las personas cuanto menos por el territorio ( pintadas, roturas continuas de mobiliario, aumento de la delincuencia y agresiones, etc.
    No obstante y pese al negativismo que parece desprenderse de mis palabras me niego a pensar que la cosa va a seguir tan mal, así que espero que esta crisis nos haga darnos cuenta del mayor patrimonio que tenemos, “EL PAISAJE “que nos queda el perdido perdido está”, y nos haga olvidar los personalismos que dieron fruto al modelo actual y todos juntos pensemos en una isla mejor.

    un saludo

  • Federico, deberías comprarte una excavadora y podrías dedicarle menos horas al blog y más a liberar espacio público, a hacer aceras, plantar árboles… En Tenerife deberían comenzar con las ciudades, trabajarlas, equiparlas, dotarlas de calidad urbana y de calidad de vida, que pudieran competir con la tentación del “chalesito y la huertita”, que la población urbana viva en la ciudad, y contener de una vez la mancha de aceite.
    Es espectacular ver desde el aire la vertiente Norte y Sur de Tenerife, de Santa Cruz a Candelaria y de Santa Cuz a La Orotava, es un manto blanco, de casitas… Un trabajo enorme por delante. Repito, con tu excavadora nueva.

  • Federico: lo que comentas respecto al paisaje que te es tan querido se podría repetir punto por punto en cualquier lugar del territorio peninsular con una dinámica mínima de desarrollo “constructivo”. Además me parece muy pertinente la diferencia que haces entre territorio de naturaleza protegido y el resto. Ya hace tiempo que vengo denunciando que, precisamente, en ese “resto” donde están concentrados los verdaderos problemas de nuestros territorios. Es terrible que sea la legislación y planificación sectorial ambiental la encargada de proteger nuestros territorios y la urbanística de destrozarlos. Se produce así una auténtica dicotomía entre ambos tipos de territorios que cada vez se agudiza más. En realidad, el territorio es único y es muy complicado hacer exclusas en él (además de perverso). Parece como si este “resto” no tuviera la menor influencia sobre lo que acontezca en estos relictos en que acaban indefectiblemente las áreas de naturaleza protegida. Mientras no entendamos los territorios de forma global va a ser complicado revertir esta situación. Además la práctica reducción de los ecotonos a franjas cada vez más pequeñas hace que los lugares de frontera donde se producen las novedades y las soluciones a los problemas desaparezcan de forma notoria. Muy interesante la reflexión. Un abrazo.

  • La imagen de RADAZUL, y saber que es un municipio gobernado por el PSOE desde hace una eternidad lo dice casi todo… y desmiente mucho de lo que se suele tener como cierto por ahí.

  • alberto

    Uffff que brillante comentario, a ver Dulce, miniña, sería bueno que de una vez por todas dejaran de pensar en siglas y pensaran en un nombre TENERIFE, por Dios que más da quien sea el causante del hecho un gobierno del PSOE,PP O CC, es que acaso de estos no se podrían sacar desaires similares?, lo importante es que entre todos se le ha hecho un daño enorme a esta isla y debemos ser todos los que la saquemos de esta situación, mediante fuerza común, “Que utópico soy, poner de acuerdo a grupos políticos distintos , ingenuo de mi”; ustedes los políticos sigan pensando en siglas y personalismos y montando “CIRCOS” como los plenos del Puerto de la Cruz, que mientras se meten los unos con los otros ( condición sexual, capacidad para comer, ,etc,etc…. “fíjate tu que debates políticos”) la isla sigue su camino hacia atrás.

  • Felicidades Federico. Muy ilustrativa la charla de esta tarde. Me alegro mucho de haberte oido “quejarte”. Un abrazo

  • Hola Federico.
    Yo creo que en estas islas aún no hay un auténtico interés por ir solucionando poco a poco el tremendo problema, que en islas como Tenerife, ya va siendo enorme. De seguir así, no sé cómo podrá acabar en, por ejemplo, cincuenta años más. Porque a una persona de a pie como yo, que me gusta caminar por la isla o bañarme en lugares recóditos, cada vez encuentro nuevos desastres. ¿No tenemos conciencia? ¿Vivimos el presente descuidadamente? ¿El intento de educar a nuestros niños se pierde indefectiblemente? ¿Creemos que la naturaleza se equilibra sola una y otra vez? ¿Somos todos algo culpables? ¿Nunca ha habido una administración con ideas claras?
    El sentido de “ser isleños” quizá nos perjudica, nos creemos en un lugar eternamente afortunado, y eso mismo nos cierra la visión sobre posibles soluciones…

    Como siempre, un estímulo visitarte. Una pena no haber podido escucharte, por más que lo tenía como una prioridad. Espero a la próxima…
    Un abrazo

  • Anonymous

    El comentario de Dulce me recuerda aquello de que: “cuando el sabio señala el cielo el necio mira la dedo”.

    El artículo de Federico me parece que señala al cielo pero son muchos y con mucho poder los que quieren que sigamos mirando el dedo.

  • jotaromerito

    Federico, vaya por delante mi consideración por este blog y la cantidad ingente de horas de dedicación que hay detrás, y dan como resultado un buen trabajo.
    De está entrada “Ideas para la mejora del Paisaje Insular” inicio mi reflexión, tras leerte, con las palabras introductorias que expresastes en el cierre de las Jornadas Insulares sobre el Paisajedel pasado 25 de febrero celebradas en la sede de la Caja de Ahorros de Santa Cruz de Tenerife.
    “La sociedad de las islas Canarias lleva bastantes años ya batallando para proteger el frágil y escaso territorio en que vive. Probablemente, desde una perspectiva y con unas herramientas ligeramente inapropiadas. La confianza exclusiva en los dictados de un entramado legal sumamente complejo ha contribuido a la extensión de una fronda burocrática en el gobierno de los usos del suelo, sin parangón en otros lugares del mundo.”
    Reconozco y reconocemos todos, que la vorágine legislativa a que nos hemos sometido, no es la única herramienta apropiada, y esa exclusiva confianza nos ha llevado a ocupar demasiado tiempo legislando el territorio y no gobernándolo. Y esto ha supuesto que la planificación y ordenación del territorio esté asediada por el derecho urbanístico.
    Como dices, el bien y el mal serían estados de las cosas que podemos percibir de una manera innata, y ya que citas a Jane Jacobs, anudamos esa cuestión a lo que lo que pensaba sobre ciudad y naturaleza. Ella establecía que gracias a la ciudad ( asiento de la maldad y la perversión) es posible contemplar la naturaleza como algo bueno y puro. La fealdad de los lugares, dices, podría ser consecuencia de un déficit social ligado a un individualismo a ultranza. Y aún diría yo más, a un déficit socio-cultural inmenso que se intenta ocultar sentimentalizando la naturaleza.
    Ese sentimentalismo implica, en el fondo, una falta de respeto profundo e inconsciente, y en esta tierra nos estamos acostumbrando a sentimentalizar en exceso el paisaje, para justificar que se ha sido voraz y destructivo .
    La Arquitectura ha reclamado, históricamente, ser la reguladora de las artes y el Urbanismo se ha tornado en el regulador de la Arquitectura.
    Tal es así, que me uno a tí en la aplicación del sentido común, y no debemos dejar de ir, áun más lejos, y reclamar el civismo como regulador de la ordenación del territorio.
    Y ésto es válido para el ciudadano y el político, para el votante y su elegido, para el redactor y los funcionarios.

  • En primer lugar, gracias a todos por sus comentarios que enriquecen este espacio de encuentro para la reflexión colectiva.

    Alberto:

    Mi intención es que nos demos cuenta del gravísimo problema territorial que tenemos en sitios como la Victoria (donde pareces que vives) que solo se puede habitar con una dependencia absoluta del vehículo privado. En segundo lugar, que veamos que no estamos actuando, sino simplemente creando de una manera constante nuevas normas que nos van encadenando progresivamente a una burocracia asfixiante.
    Y en tercer lugar, que hay varias tareas pendientes que debemos acometer urgentemente.
    Una, simplificar y clarificar la legislación que nos oprime y justifica a los que viven incrustados en las administraciones públicas.
    Dos, imaginar una estrategia colectiva para mejorar el paisaje que habitamos, que aumenten la calidad realmente de nuestra realidad urbana cotidiana.
    Tres, planificar actuaciones acordes con esa estrategia común desde el pragmatismo y no generando documentos infumables llenos de nuevas normas y requisitos.

    Carlos:

    Desde que te has ido a tu Mallorca natal, las cosas han seguido su curso y como consecuencia de la crisis que padecemos casi todo está paralizado por una ausencia de recursos.
    Tiene de bueno que nos permite reflexionar sobre que es posible hacer y antes de sacar las excavadoras hay que remover las conciencias.

    Pepe:

    Ya sé que en muchas partes de este país se han producido fenómenos similares. El problema es que, en Canarias, tenemos un territorio finito y limitado y ya empezamos a tener una percepción clarísima de los límites del crecimiento.
    Nuestras islas son como un laboratorio geográfico que anticipa el debate territorial y económico del futuro. Tenemos que ser capaces de encontrar soluciones y superar esta situación de parálisis que nos atenaza.
    Uno de esos frentes es el que se concreta en la resolución del problema del modelo económico. El binomio, turismo-construcción que ha dado de comer a mi generación está agotado y las alternativas pasan por mimar al primero y evitar el segundo. Con el añadido de atenuar nuestras dependencias, energéticas, alimenticias, etc.
    Lo triste es que durante todos estos años se han incrustado mecanismos muy perversos. El legislativo y la burocracia asociada, por ejemplo. O el que se refiere al abastecimiento que no ayuda a las producciones locales sino que curiosamente favorece casi exclusivamente a las importaciones y a los detentadores de rentas parasitarias.
    También se empiezan a ver caminar algunos otros sectores económicos alternativos, el ligado a la cultura y el entretenimiento o el que se sustenta en las telecomunicaciones y la información. Lo bueno que tiene es que son poco consumidores de suelo.

  • Dulce:

    Lamento que te ataquen porque sé que tu intención es buena. Pero es lo que tiene los foros abiertos y siempre que haya opiniones las ampararé aunque sean divergentes. El problema es cuando no hay argumentación sino simple descalificación que no aporta ideas. Creo que ello es debido al hartazgo que ha ido creciendo en los últimos años como consecuencia de que el poder lo han ido ocupando progresivamente aquellos que detentan solo la potestas, pero no cuentan con la auctoritas que genera liderazgo de verdad.
    Es triste pero la gente que tenía ideas y entusiasmo por hacer realmente cosas ha ido sustituyéndose por aquellos que solo generan declaraciones y presencia en los medios de comunicación. Ya sabes a que me refiero.

    Miguel:

    Muchas gracias por tu comentario.
    Me quejo por que sufro con estas cosas y me revuelvo a que siga la inercia que nos rodea, mientras vamos a peor. Cuando lees que el paro aquí en Canarias se aproxima al 30% y se echan balones fuera me pongo a temblar.

    Virgi:

    Creo que ese interés por buscar soluciones está creciendo poco a poco. Es que lo tenemos que construir entre todos, no solo enfangarnos en la crítica destructiva.
    Y lo que es peor, seguimos educando a nuestros hijos en que está situación de abundancia va a durar para siempre. Me temo que las próximas generaciones deberán acostumbrarse a vivir más espartadamente porque ya no habrá tanta abundancia. El planeta es finito y nuestra tierra debe importarlo casi todo.
    O aprenden a conformarse o van a tener que intentar emigrar allí donde se va a seguir concentrado injustamente la riqueza. Esas maravillosas ciudades y países que visitamos con envidia pero que son cada vez más insostenibles globalmente, ya que alguien está pagando anónimamente esa magnificencia.

    Jesús:

    Gracias por participar en este debate.
    Es frustrante el esfuerzo que dedicamos para los escasos resultados que estamos obteniendo en el intento de actuar frente al desastre que nos rodea.
    Quizás nos falta un poco más de exigencia en la precisión frente a la ambigüedad y los bizantinismos que tanto les encanta a los juristas. Y resolver positivamente.
    Como dije en mi charla, nos hace falta alguien como Alejandro Magno que corte de un tajo el nudo gordiano de tanta soga legal que nos aprisiona y nos impide actuar con la contundencia y celeridad que hace falta.
    La verdad es que guiar el rebaño que está a tu cargo es una tarea titánica pero es tu cometido. Habrá que buscar la forma.

    Nuevamente, gracias a todos por participar.

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