El sitio de la arquitectura


Monumento al gato
(Replica situada en el parque García Sanabria de Santa Cruz de Tenerife). Óscar Domínguez, 1957-1973. Primera Exposición Internacional de Escultura en la Calle. Santa Cruz de Tenerife, 1973

La mejor manera de glosar un trabajo de arquitectura es como se refleja aquí: a partir de la experiencia personal del que escribe. Así, en este texto, Virgilio Gutiérrez nos transmite la emoción que se desprende de haber disfrutado en la niñez de unos espacios diferentes a los habituales en su entorno cotidiano, fruto del esfuerzo de unos arquitectos residentes en la isla de Tenerife, Javier Díaz Llanos y Vicente Saavedra. Unos lugares que nos entroncaban entonces con una tradición europea, la del brutalismo anglosajón y transportaban a sus usuarios al corazón de la cultura del continente. Una forma de hacer arquitectura que practicaron estos arquitectos con denuedo para establecer una marca de identidad para el desarrollo del turismo hecho en Canarias y que estableciera por añadidura un vínculo de familiaridad con aquellos que nos visitaban entonces.

 

 

A
grupación Santa Ana, Urbanización Tenbel, Costa del Silencio, Tenerife. Luis Cabrera, Javier Díaz Llanos y Vicente Saavedra, 1970

En este sitio llegué a sentirme como en casa…
por Virgilio Gutiérrez Herreros

De siempre he sentido vivir la vida de forma, digamos, tangencial. Sentimiento inevitable de distancia que, de igual manera, siento respecto a la arquitectura, a la que me acerqué sin vocación para, no obstante, aferrarme en el obsesivo deseo de la búsqueda de respuestas en la óptima construcción de los paisajes insulares, en los que la relación y la transición entre la casa y el espacio de todos, el lugar público, sea lo más amable, cálida y adaptada al lugar en que las relaciones y el encuentro de las personas se producen. De pequeño solíamos pasar las vacaciones de Semana Santa en el sur de la isla, cerca de Las galleteas, en aquella pequeña y recién inaugurada urbanización turística junto a la costa, conocida como Tenbel. Apartamentos cuidadosamente encajados nos sorprendían año tras año. Cubos blancos, y poco a poco de hormigón, integrados en torno a espacios abiertos de lava y sombra, de verde y sol, jugaban con la luz y con las brisas y ordenaban jardines y paseos arbolados, amplios y claros. Días de amaneceres intensos de color, de mediodías de agua y mar, de azul y rojo, de atardeceres y noches mansas. llegar a Tenbel era pisar otro mundo, inteligentemente colocado, sensible con la tierra y con el mar, de calidad desbordante, rebosante de intensos momentos de luz y de vida. Lástima que hoy, el que ha sido probablemente el espacio turístico más emotivo y sensible de Tenerife, esté abandonado a la desidia y al desinterés más absoluto. Cuando tanto hablamos de modelos de implantación territorial, Tenbel debería rescatarse y mostrarse, con orgullo, como esencia de lo que hacer. Y de esos años, siendo aun casi niño, rememoro el haber disfrutado intensamente con el montaje de la exposición de esculturas en la calle de Santa Cruz; corriendo del Parque a la Rambla, de arriba a abajo, enfrascado con el trajín y el ir y venir de cajas y grúas, de gentes barbudas, de piezas de bronce y de metal, de chatarra del avión accidentado, de bolas como huevos, de cintas y espirales, de cubos encarnados, de ojos de gato, de manchas de pintura, de emoción y de alegría, de mucha alegría.


Sede del Colegio Oficial de Arquitectos de Canarias. Javier Díaz Llanos, Vicente Saavedra y Enrique Seco
. 1971

El Colegio de Arquitectos, responsable de la idea y de la organización, había inaugurado poco antes su sede en la misma Rambla, entre esta y el barranco. Intención construida de la que yergue el pequeño volumen de hormigón tallado de claroscuros y lágrimas verdes, destacando por la decisión de enterrar la sala de exposiciones para despejar su cubierta como plaza pública, entreabriendo las vistas desde la calle sobre las laderas traseras. Expresando deliberadamente la voluntad de edificar la ciudad realizando los valores del territorio sobre el que se asienta; resaltando las capacidad de la arquitectura como vía para construir el lugar público. espacio de encuentro de una sociedad abierta, comprometida con la libertad y el progreso.


Universidad Laboral de La Laguna. Javier Díaz Llanos y Vicente Saavedra. 1972

 

Arquitecturas que me sorprendían y que admiraba a diario, como la Universidad Laboral en La Laguna, junto al instituto al que asistí tras salir del colegio. recuerdo envidiar aquellas instalaciones modernas, inimaginables para nosotros en aquella época. Y aquel patio de césped verde perfectamente recortado, en el que nos colábamos al sol las mañanas húmedas de invierno, entre clase y clase, a tumbarnos junto al drago donde el bedel no nos dejaba. Deseando no terminar nunca aquel codito de bocadillo de queso blanco-¡vaya bocadillo!- que nos traíamos del bar de más arriba, para aquí en el patio, azocadas de la brisa fría, aproximarnos a los lugares de la emoción y de los sueños que solos los niños pueden saborear. en este sitio llegue a sentirme como “en casa”. Quizás el mayor elogio que se pueda decir de cualquier lugar; que te arrope como en esa tu propia “casa”…


Agrupación Drago, Urbanización Tenbel, Costa del Silencio, Tenerife. Javier Díaz Llanos y Vicente Saavedra. 1972

Más información:
En este sitio llegué a sentirme como en casa...El Día-Cultura, 27/03/2015

House on a Hillside. Virgilio Gutiérrez Herreros. Archdaily 15/08/2014

Leave a Reply