Este es el tipo de cliente con el que sueñan los arquitectos. Alguién con una visión que le lleva a conocer todo el proceso hasta llegar a los más ínfimos detalles. El delirio del racionalismo que escuchan con delectación sus devotos arquitectos. Escuchen los comentarios sino.
El video me ha recordado algunas fotos de Hitler con Speer y las maquetas del nuevo Berlín. En nuestro entorno cercano, ambos sabemos de algún dirigente con ínfulas arquitectónicas. Lo malo de la democracia es que a quienes podrían ser tan estupendos clientes no les dejan todo el dinero y todo el poder para su megalomanías.