Propuesta de modelo territorial. Avance del PIO de la Palma. CCRS Arquitectos 2008
Desde una lectura apresurada de los textos y planos que definen este nuevo Avance del Plan, de los colegas y amigos CCRS Arquitectos de Barcelona, se pueden extraer algunas ideas que aporten elementos para la discusión sobre el futuro territorial de esa isla.
Tal como se ha presentado constituye simplemente una puesta en común de los elementos que componen la situación territorial actual junto con casi todas las ideas que para la ordenación futura del espacio insular son conocidas a día de hoy. Por ello, una primera crítica global que habría que hacer es que el plan presentado no hace realmente una apuesta clara sobre cuales pueden ser los vectores que incentiven el desarrollo de la isla.
El Avance del Plan de La Palma presenta una colección de imágenes cartográficas que recogen aspectos diversos de la realidad insular a la manera de hojas separadas que interpretan una misma situación desde diferentes perspectivas disciplinares. Una metáfora muy sugerente de los autores explicaría esta estrategia, la idea de la presentación del territorio como hojaldre. Distintas capas que, agregadamente, acabarían definiendo una realidad territorial concreta. Por ejemplo, el Avance del Plan recopila la delimitación de los espacios naturales ya protegidos a partir de los distintos preceptos legales vigentes en Canarias, junto con otras vinculaciones parciales establecidas también para hacer más efectiva esa protección. También, se presenta el territorio utilizado actualmente para usos primarios en un inventario exhaustivo de los cultivos agrícolas existentes en otra capa del hojaldre.
Las capas del hojaldre territorial. FranzOswald-Joaquín Sabaté, arquitectos
Un segundo nivel interpretativo del Plan grafía las diferentes infraestructuras existentes así como las ya proyectadas para un entorno temporal asimilable. Ello incluye a los enclaves portuarios y aeroportuario, las carreteras, las redes de abastecimiento y reutilización de aguas, las energéticas así como los elementos que forman el sistema para la producción y transporte de energía. En esta última cuestión se realiza una tímida propuesta de enclaves para la implantación de energías renovables con especial énfasis en la hidroeléctrica, apoyado probablemente en otros estudios que se llevan a cabo en paralelo.
En tercer lugar, los análisis preparatorios del plan de la Palma hacen una reflexión específica sobre las formas tradicionales de implantación de la edificación y su despliegue territorial actual en una identificación de los núcleos urbanos y los asentamientos dispersos que tanto caracterizan la isla. En una capa final se expone unificadamente una imagen conjunta de las apuestas planificadoras de los Planes Generales de Ordenación existentes en los 14 municipios de la isla.
Naturalmente, el documento analiza muchísimas otras cuestiones de relevancia espacial. En este sentido informativo, el documento incide en la preparación de un marco adecuado para iniciar un proceso de debate participativo sobre el futuro con la población de la isla a partir de los datos que se han podido recopilar a partir de la situación preexistente.
Por otra parte, se hace una tímida apuesta sobre el modelo territorial a proponer finalmente por el Plan Insular de la Palma que se fundamenta en la presentación de dos áreas de oportunidad para el desarrollo de actividades económicas. Estas áreas son coincidentes con los ámbitos más urbanizados, alrededor de la capital, Santa Cruz, en el Este y el valle de Aridane en la vertiente Oeste, separados ambos por el macizo central de la isla. Este boceto de desarrollo insular presentaría un sistema territorial a la manera de pequeñas ciudades gemelas que pendularían sobre el eje viario de comunicación principal de la isla, la carretera LP-2, que funciona ya como una especie de frágil cordón umbilical.
Ordenación tentativa para el valle de Aridane
Como crítica a la propuesta presentada, se podría esgrimir la ausencia de una mínima visión prospectiva, entendiendo como tal al intento de anticipar un futuro creíble como basamento de la planificación. Es patente la falta de una reflexión profunda sobre cuales pueden ser las alternativas para el desarrollo de una isla que presenta un retroceso evidente respecto a las pautas vigentes en el desarrollo del conjunto del archipiélago. Esta reflexión prospectiva debería cimentarse sobre cuales pueden ser las posibilidades económicas de un territorio insular de reducido tamaño, la isla de La Palma con sus 700 kilómetros cuadrados y sus 86.000 habitantes, en una posición excéntrica respecto a las áreas de crecimiento global.
Como muestra de este esfuerzo visionario, aportaría cuatro reflexiones desde una perspectiva personal que podrían ser un referente para la especulación colectiva en un entorno insular concreto como éste. Se refieren a las alternativas energéticas, las posibilidades de la agricultura, las expectativas turísticas y el acceso a la red mundial de telecomunicaciones.
En un mundo en el que nos dirigimos hacia una crisis energética de gran envergadura por la inexistencia de un sustituto viable para los combustibles fósiles, un territorio frágil como una isla como la Palma debería considerar muy seriamente la posibilidad de transformar radicalmente su sistema energético, que hoy en día es peligrosamente dependiente del suministro exterior de combustible. La Palma 100% renovable debería convertirse en un lema alternativo que guíe la acción de gobierno. En otra isla canaria, el Hierro, un sistema así va a ser una realidad posible en la próxima década, a partir de la aportación de la combinación de una instalación combinada, eólica e hidroeléctrica, en las localizaciones adecuadas. Esta es una alternativa responsable a estudiar profundamente y a buscar briosamente frente a derrotismos interesados del operador eléctrico dominante.
El modelo económico insular, basado en la agricultura del monocultivo del plátano orientada a la exportación, es un sistema claramente insostenible a largo plazo en un entorno comercial abierto y con costes de transporte crecientes, que se mantiene solamente a base de subvenciones ineficientes de la Unión Europea. Una estrategia económica más viable para este sector podría cimentarse en la reconversión paulatina de los cultivos hacia un mayor autoabastecimiento del conjunto del archipiélago con la vista puesta en aquellas producciones que puedan aportar un mayor valor añadido. Sin querer llegar a una autosuficiencia alimentaria completa la reconversión inteligente de los cultivos actuales de la isla de mayor productividad agrícola podría traducirse también en una fuente alternativa de mayor riqueza. En la situación actual de apertura comercial serían necesarios aranceles compensatorios para que pudiera haber un futuro en esta dirección aunque los mecanismos existen y son posibles.
Es una estrategia que ya se está explorando en otros archipiélagos con problemáticas similares como las islas de Hawai como he comentado en un texto publicado aquí. También en Canarias, las producciones vitivinícolas han experimentado un desarrollo espectacular en las últimas décadas a partir de unas estructuras de comercialización y puesta en mercado más sofisticadas que las previas. Algo similar podría producirse en relación a otros segmentos de la producción agroalimentaria como los del queso, la papa, etc. a partir de un manejo adecuado de las técnicas comerciales, la protección de determinados espacios especialmente aptos para la producción y la superación de la feroz mentalidad individualista del campesinado.
En los últimos años, la isla verde está haciendo esfuerzos denodados para desarrollar su sector turístico, teniendo como referencia lo ocurrido en las islas centrales y orientales del archipiélago. El objetivo de atraer clientes originarios de los países centroeuropeos se ha saldado allí con un éxito relativo, por no decir que casi se ha fracasado. Como argumento en contra habría que considerar que desde un punto de vista de la sostenibilidad este esfuerzo tiene un resultado negativo, contribuye enormemente a una fuerte generación de gases de efecto invernadero, algo que va contra la imagen de isla ambientalmente consciente con la que se quiere vender a La Palma en el exterior. El transporte aéreo de pasajeros a media y larga distancia es uno de los factores más contaminantes que existen, al consumir una parte significativa de los derivados del petróleo disponibles. Un espacio territorial como La Palma debería reconsiderar su atractivo para reorientarse a un mercado más próximo y por tanto más ambientalmente sostenible, que bien podría ser el del propio archipiélago. Vecinos que observamos a esa isla como un edén paradisíaco todavía no contaminado por las implantaciones del turismo de masas.
Otra alternativa de desarrollo que presenta una peculiaridad muy interesante es la interacción con las redes de comunicaciones. La apertura a las inmensas posibilidades que ha abierto una herramienta como Internet supone además una ventaja añadida puesto que el comercio electrónico no es consumidor de espacio y se puede desarrollar en cualquier punto del planeta siempre y cuando se sepan manejar eficientemente las herramientas telemáticas y se tenga un conocimiento adecuado de las disponibilidades logísticas. Internet es un territorio enormemente inexplorado que ofrece oportunidades de las que no somos todavía ni remotamente conscientes.
Espero que estas simples ideas favorezcan un debate necesario sobre el futuro de La Palma, o de otros territorios insulares con similares problemas, y al que espero contribuir ampliando lo aquí expuesto en una conferencia que voy a dar sobre estos temas, mañana 11 de abril en la capital de la isla, Santa Cruz, invitado por el Seminario de Paisaje organizado por la Reserva Mundial de la Biosfera La Palma, y a final de mes con la Fundación Ambiental de la Palma .
Hola Federico,
es muy interesante lo que cuentas del hojaldre; yo siempre he pensado que el paisaje rural intervenido por el hombre era una feliz superposición de tramas de sistemas a la vez autónomos y dependientes entre sé. De hecho tuve ocasión de demostrarlo con trabajo de campo y posterior cartografía en un estudio que hice hace tiempo sobre el Valle del Lozoya (trabajo que ahora intento recuperar para publicación).
Un abrazo fuerte, también desde Barcelona. Am
Muy interesante el artículo sobre el desarrollo del Plan Insular de Ordenación de la Palma. De hecho quiero acercarme un día por el despacho de CCRS a conocerlos.
Saludos.