PLANET OF SLUMS

(Planeta de chabolas)
Mike Davis
Verso, New York 2006

Este libro presenta un recorrido apabullante por el creciente deterioro que están experimentando las aglomeraciones urbanas de las regiones pobres del planeta. La paulatina colonización de las ciudades por barrios masivos de chabolas carentes de cualquier infraestructura o servicio colectivo es un hecho característico de gran parte de las principales urbes del Tercer Mundo.

Este fenómeno, que está transformando paulatinamente muchas ciudades situadas en diferentes partes del mundo, convierte en lugares inhabitables el lugar donde se desenvuelve una parte muy importante de la humanidad. La aparición de las favelas, las villas miserias y los ranchos, tal y como son conocidos en Latinoamérica, está ligado a una dualización social y a una pobreza que ha ido ampliándose en las últimas décadas a capas cada vez más extensas de la población.

Ranchitos de Caracas. Foto: Janis, Flickr

La extensión del chabolismo es una consecuencia de la aplicación de las estrategias depredadoras implícitas en la visión capitalista extrema de la economía actual e incentiva la migración de sus habitantes hacia los lugares más favorecidos del planeta. Este es el tema principal del libro que quiero comentar.
En 1994, Mike Davis aparecía fulgurantemente en la escena de la geografía y de la crítica urbanística de los Estados Unidos con un libro titulado, Ciudad de cuarzo, una arqueología del futuro en Los Ángeles.
En Ciudad de Cuarzo se hacía una brillante disección de las razones que estaban en la base del expansivo crecimiento de la ciudad de Los Ángeles a lo largo del siglo XX. Utilizando las herramientas de un marxismo heterodoxo, Davis desenmascaraba los esfuerzos de las sucesivas elites ligadas históricamente a esa ciudad para transformar un páramo semidesértico en una de las regiones metropolitanas más representativas de la cultura planetaria. La construcción de un concepto o historia ligada a un territorio como marca apetecible, la metrópolis soleada en el Sur de California, ha sido en ese caso, el motor que originó un crecimiento fulgurante de la conurbación más representativa de la ideología urbana del siglo XX.
Planeta de chabolas es un documento oportuno en un momento histórico en el que se celebra pomposamente el punto estadístico de inflexión por el que la mitad de la humanidad ha pasado a considerarse urbanizada, superando a la población rural. Pero la cuestión es ¿en qué condiciones?
Mike Davis disecciona escrupulosamente el contexto que ha llevado a que, en las últimas décadas, ingentes cantidades de personas hayan tenido que abandonar sus tierras y campos originarios con la esperanza de lograr unas mejores condiciones vitales para enterrarse con dificultades en megaciudades altamente inhabitables.
A partir de la mitad del siglo XX una parte significativa de la población planetaria ha ido acumulándose en asentamientos de pobreza extrema situados en los vacíos despreciados de las grandes ciudades. Tal y como señala el autor, la evolución del sistema productivo mundial ha conllevado la reserva de las actividades financieras, administrativas y de comando para determinadas zonas y ciudades del mundo desarrollado mientras que ha desplazado al proletariado industrial a la inmensidad del subcontinente chino, un país que se ha convertido en la principal fábrica del mundo.
Por otra parte, el continuo incremento de la productividad agrícola y su especialización extrema ha originado también el abandono progresivo de extensas zonas del planeta y la emigración de sus habitantes a las ciudades más próximas a la búsqueda de un modo de sustento diferente. Con ello, el crecimiento de las ciudades en el mundo pobre se ha desconectado de la industrialización y el crecimiento económico derivado de la urbanización ha dejado de tener una relación directa con el tamaño de las aglomeraciones.
La producción agrícola subvencionada ha llevado a que los campesinos de los países más atrasados hayan quedado sometidos a los dictados de las instituciones financieras internacionales y sus políticas de desregulación económica. La imposibilidad para competir en igualdad de condiciones de las producciones agrícolas africanas y asiáticas con las cosechas subvencionadas de los países avanzados ha producido el efecto del abandono de regiones enteras.
Según Davis, a partir de 1970 este proceso se ha acelerado y el crecimiento del chabolismo en las ciudades del hemisferio sur ha sobrepasado ampliamente la tasa de urbanización misma. Con ello, la urbanización actual debería considerarse un sinónimo de favelización o chabolismo. Ello ha llevado ya a que una sexta parte de la población mundial habite en chabolas actualmente.
El libro describe las condiciones de vida en la anteriormente conocida como urbanización marginal. Comparando las descripciones y análisis de este fenómeno que se realizaron en el último tercio del siglo XX por autores como John Turner y Joan Busquets , la situación de estos enclaves ha empeorado notablemente.
La definición más aceptada, sobre el barrio de chabolas como concepto incluiría una acumulación informal de infravivienda, con un acceso inadecuado al agua y al saneamiento así como una inseguridad extrema en lo que respecta a la propiedad y la salud. La superpoblación y un aprovechamiento extremo del suelo serían consecuencias asociadas a estos lugares. Esta definición operativa del fenómeno fue adoptada por la conferencia de las Naciones Unidas que tuvo lugar sobre el tema en Nairobi en 2002 y que se organizó bajo el liderazgo de Anna Tibaijuka, actual Directora Ejecutiva de UN-Habitat.
De acuerdo al comentario aportado sobre el informe paralelo a dicha conferencia, el fenómeno del chabolismo es extremo en países como Etiopía en que representa más del 99% de los espacios habitados disponibles. Igualmente, Bombay se podría considerar la capital mundial del chabolismo con más de 10 millones residentes en barrios de este tipo o simplemente, ocupando la calle y unos espacios públicos cada vez más escasos.
Pero los países desarrollados están empezando a no estar exentos de este fenómeno. La diferencia estriba en que mientras en el mundo subdesarrollado, se ocupan los intersticios periféricos de las ciudades, en Estados Unidos y Europa, la aparición de infravivienda se está concentrando en los centros urbanos. La ocupación extrema de viviendas en los conocidos en España como pisos-patera o el abandono de los Downtowns centrales de América a la marginalidad y la pobreza podrían ser expresiones de una peculiar traslación del fenómeno del chabolismo a los espacios centrales del sistema urbano mundial.
Desde un punto de vista económico, uno de los principales problemas para la población que se asienta en este tipo de barrios de infravivienda es la gran dificultad para el acceso a la propiedad dentro del sistema legal predominante. Ello acarrea consecuencias como la imposibilidad de contar con activos con los que responder ante las entidades financieras para la puesta en marcha de actividades que requieren de recursos más allá del propio trabajo. Por ello y con buen criterio, el actual gobierno de Brasil, por ejemplo, ha planteado la puesta en marcha de un procedimiento para el reconocimiento masivo de la propiedad en estos barrios de chabolistas.
Según Davis, uno de los elementos fundamentales en la localización de este tipo de asentamientos es una accesibilidad lo más próxima posible a los lugares donde se puede realizar algún tipo de trabajo. La falta de controles urbanísticos en determinados países trae como consecuencia una lógica de ocupación irregular con una alta densidad poblacional de todo el espacio libre disponible en las proximidades de las grandes vías de comunicación. Es el caso de Dharavi en Bombay, que he comentado recientemente, un asentamiento de chabolas surgido alrededor de la vía del tren en su punto de llegada a la zona central de la ciudad.
Un capítulo específico está dedicado a la descripción de la ecología del slum. Empieza retratando una villa miseria a las afueras de Buenos Aires como el lugar con peor feng shui del planeta. El asentamiento se ha llevado a cabo sobre un lago de residuos tóxicos junto a un cementerio, justo en el centro de una zona periódicamente inundable. Las consecuencias sanitarias son evidentes a cualquier visitante.
Junto a una concentración poblacional fuera de toda racionalidad, otra característica extendida en estos lugares es la ausencia de facilidades para la evacuación de las aguas fecales y los detritus, lo que lleva a unas situaciones absolutamente humillantes. Es el caso, que narra, de las mujeres de Bombay, donde más de la mitad de la población no cuenta con un retrete o, simplemente una letrina, y para evitar violaciones las mujeres deben esperar a reunirse en grupo a altas horas de la madrugada para desplazarse a hacer sus necesidades en los parques o en la playa.
Como acusa Davis de una manera expeditiva, la crisis global de salubridad que acarrea la ausencia de saneamiento en las ciudades del mundo pobre desafía cualquier hipérbole al respecto. Se vive en la mierda literalmente.


Cité Soleil, Port au Prince, Haiti. Foto: Rifd, Flickr

Otro problema derivado de la ausencia de control urbano y la masiva aglomeración perpetrada es la gran fragilidad de aquellas edificaciones frente al fuego. Continuamente se producen incendios provocados que arrasan masivas extensiones de chabolas en diferentes partes del mundo. Como ocurrió en 1993 en diversas barriadas de Manila, dejando a cientos de miles de personas sin cobijo, a partir de los fuegos propiciados por los propietarios de suelo y que se transformaron en una especie de renovación urbana dura o demolición en caliente.
Es tal la magnitud del problema del chabolismo que habría que intervenir de inmediato. En caso contrario y según los datos aportados por investigadores del Observatorio Urbano de las Naciones Unidas, la pobreza urbana en el mundo alcanzará pronto a la mitad de la población que se concentrará en las ciudades. No hay actualmente iniciativas en este sentido, sin embargo el desvío de una mínima parte de la riqueza que se acumula en los países avanzados podría producir una diferencia muy significativa.
El autor señala, finalmente, el problema principal de este tipo de asentamientos del Tercer Mundo, consistente en su práctica desaparición mediática y frente al poder. Las clases dominantes de los países afectados ocultan sistemáticamente la fealdad y miseria de estos lugares en una especie de movimiento perverso en pro de un embellecimiento urbano que trata de ignorar la realidad de los problemas
Sirva este libro para ofrecer algo de luz en la oscuridad, un merito de Mike Davis en su lucha por desenmascarar los poderes despiadados que configuran nuestras ciudades de una manera absolutamente egoísta.

2 comments to PLANET OF SLUMS

  • El hecho de que una parte muy importante de la realidad urbana mundial esté siendo sistemáticamente ignorada por los llamados “países desarrollados” es, directamente, una vergüenza. Basta simplemente dar un repaso por las principales revistas de arquitectura y urbanismo de reconocimiento mundial para darnos cuenta de que vivimos en una “irrealidad”. Los barrios de chabolas, las infraviviendas, las condiciones de miseria en las que vive una parte importante de la Humanidad, no se reflejan, ni en las revistas profesionales ni en las no profesionales. Plantear el llamado “problema de la vivienda” desde los presupuestos en los que se plantea, por ejemplo, en buena parte de los países europeos mueve a la risa, conociendo que el verdadero problema de la vivienda es de ámbito planetario y tiene que ver no con la “calidad de vida” sino con “los niveles de supervivencia”.

  • La mayoría de los argumentos para considerar pobres y marignales a los Asentamientos Informales del Tercer Mundo se basan en dos conceptos: la ausencia de instalaciones urbanas “normales” (que no singnifica carencia de luz, agua e internet) y la ubicación en terrenos peligrosos.
    Estos argumentos, eminentemente materialistas y centrados en los parámetros del “mundo desarollado” (aquel cuyo fracaso estamos viviendo) me aprece excesivamente restringido y restrictivo.
    Creo que argumentar las cualidades urbanas de los asentamientos desde estos dos conceptos supone una enorme reduccion. La movilidad, la identidad, la organización social, las relaciones de convivencia, la escala del espacio, la capacidad para generar economía, son grandes valores que se están gestando en muchos de estos barrios, y que hacen que se estén incorporando a las estructuras urbanas, como muestran todos los indicadores socio-econmómicos.
    Nos lamentamos de que existan barrios fuera del mundo desarrollado pero luego prentendemos imponer los parámetros de “normalidad” que se consideran en estos mismos mundos desarrollados, a contextos completamente ajenos.
    Creo que una mirada capaz de comprender las propias logicas de estos barrios “desde dentro” nos daria mas pistas acerca de sus posibilidades de desarrollo.

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