ROTTERDAM, LA CIUDAD PUERTO

Erasmus Brugg Foto:Federico G.Barba
Erasmusbrug. Ben van Berkel, arquitecto. 1996
Recientemente, he pasado varios días en Rotterdam. Aunque no es la primera vez que voy a esa ciudad holandesa, esta vez he tenido oportunidad de apreciar en profundidad el ingente esfuerzo urbanístico realizado tras la guerra: Su resultado más tangible se observa en la gran riqueza y variedad de su arquitectura.


El millón largo de habitantes del gran área metropolitana de Rotterdam deben su pujanza económica a la existencia allí del puerto más importante del mundo. Con 105 kilómetros cuadrados de superficie constituye un interfaz potentísimo en el campo de la logística mundial para la distribución de mercancías entre Europa y el resto del mundo. Debido a ello, la ciudad cabecera de la región de Zuid Holland evidencia hoy una gran prosperidad y cosmopolitismo sin tener la hipoteca del peso turístico que tiene la otra gran urbe holandesa, Ámsterdam más al Norte.
Pero lo más relevante de esta ciudad es la alta capacidad para su constante renovación y adaptación a las cambiantes circunstancias, sin dejarse frenar por burocracias ni hipotecas del pasado. La reconstrucción de su centro histórico -casi desde cero- después del bombardeo alemán de 1940, constituye el hecho histórico que inicia este proceso que se ha prolongado hasta nuestros días.
Desde mucho antes del comienzo de la guerra en Europa, los arquitectos de los Países Bajos venían proponiendo ideas alternativas para organizar la fuerte demanda de vivienda popular existente. En 1924, se celebraría en Ámsterdam, la 8ª conferencia de la International Garden City and Town Planning Association, en la cual se expondrían las ideas de numerosos urbanistas europeos de la época como Howard, Unwin, Hubbard, así como H.P. Berlage y otros colegas holandeses. El centro de la discusión sería el planeamiento regional y el énfasis en la difusión de los conceptos de las ciudades jardín para la transformación de las ciudades.
Posteriormente, Cornelis van Eesteren, jefe del Departamento de Obras Públicas de Amsterdam, introduciría en Holanda la metodología del escocés Patrick Geddes sobre la forma de planificación territorial, ampliando el cometido urbanístico tradicional, que evolucionaría así desde la ingeniería urbana hacia una concepción más contemporánea de la disciplina. Como él mismo firmaría en la Declaración de la Sarraz del Primer Congreso Internacional de Arquitectura Moderna (CIAM): La planificación de ciudades es la organización de las funciones de la vida colectiva que se extiende sobre la aglomeración urbana y el entorno rural. La urbanización no puede condicionarse por la protección de un esteticismo preexistente, su esencia es el orden funcional.

Presentación de W.G. Witteveen de su plan para la reconstrucción de la ciudad a los mandatarios alemanes. Imagen: Gemeente Archief Rotterdam
Así los urbanistas holandeses irían asumiendo incorporando nuevos conceptos como los que se propusieron para las Garden Cities anglosajonas, así como también las ideas higienistas y funcionales de los CIAMs. Vivir, trabajar, circular y recrearse serían las cuestiones a estudiar e integrar en un plan funcional que las segmentase apropiadamente. Esa imposición simplista de una separación estricta de los usos y funciones –que trasluce aquella ideología de la modernidad, que proviene de esos congresos- es algo que ha tenido una influencia muy decisiva en la forma de las ciudades actuales y, consecuentemente, en sus problemas.
El entonces arquitecto municipal de Rotterdam, W.G. Witteveen, ya había desarrollado en 1928, su plan para la reorganización de la ciudad central, propugnando la reserva de suelo para vías representativas más amplias y edificios institucionales. En 1941, tras la destrucción del centro de la ciudad volvería a proponerlo como esquema organizativo para la reconstrucción de la parte histórica. Sin embargo, las ideas de Witteveen no llegarían a fraguar por la excesiva rigidez de sus planteamientos estéticos, así como por los retrasos y conflictos generados por el sistema de control propuesto. La oposición de los empresarios más influyentes, organizados alrededor del grupo Kleine Kring y liderados por el industrial van der Leeuw, forzarían la retirada final de la concepción urbanística de Witteveen para la reconstrucción.
Rotterdam Basis Plan. Cornelis van Traa, 1946.
Sería el ingeniero C. van Traa el que acabaría concretando el diseño planimétrico para la modernización de Rotterdam con su Basis Plan, de 1946. Este era ante todo un documento programático, flexible y de grandes líneas maestras que permitiría luego continuas adaptaciones a las circunstancias cambiantes. Este sería el instrumento que permitiría así la reconstrucción de las zonas centrales hasta 1972, con unas bases planificadas que transformarían radicalmente la ciudad y la dotarían de una nueva imagen tan característica y claramente contemporánea. Un hecho morfológico y visual que se refleja en sus arterias y espacios centrales, como Coolsingel y Hofplein.
Un episodio urbanístico muy interesante de estos años, que surge en el contexto de aquel programa general del Basis Plan, fue el diseño y articulación de la primera zona comercial abierta completamente peatonal, el área de Lijnbaan que se abriría al uso público en 1953. Fue proyectada por los arquitectos Van den Broek & Bakema, como una calle de tiendas organizada en bloques de baja altura y amplios espacios peatonales incluyendo pequeñas oficinas, comercio minorista y grandes almacenes -como De Bijenkorf- formando así un contexto urbano vibrante, libre de vehículos y lleno de vida. Inmediatamente, se tomaría como una referencia ineludible para otras zonas peatonales que, a partir de entonces, se implementarían en muchos centros de las ciudades más desarrolladas del mundo.
El área peatonal de Lijnbaan en la actualidad. Van den Broek y Bakema, 1953
Poco a poco, Rotterdam iría construyendo una imagen de ciudad altamente innovadora. donde la iniciativa privada y el sector público interactuarían cooperativamente para desarrollar un entorno de diseño urbano rico en el que los planificadores tendría amplia libertad para desarrollar sus conceptos e ideas revolucionarias. Un clima en el que los empresarios y planificadores, junto a su Ayuntamiento, facilitarían la reconstrucción y desarrollo social de la ciudad.
En los años 80 entrarían en escena las ideas para la densificación de la ciudad central y la ocupación de los espacios portuarios abandonados como consecuencia del traslado de las instalaciones hacia el estuario exterior. En ese momento, se redescubriría en la ciudad americana y se evidenciarían las ventajas de la edificación en altura. Es el momento en que surge un libro fundamental, para entender la extensión de estas ideas, Delirious New York del arquitecto local, Rem Koolhaas. También, en ese momento, la intensificación de la ocupación y aprovechamiento del suelo informaría la Vierde Nota over de Ruimtelijk Ordening Extra (Cuarto Informe sobre Ordenación Territorial Extra, VINEX), penúltimo documento de estrategia espacial, que desde 1960 y a lo largo de décadas, han venido pautando globalmente el crecimiento urbano del país.
Fruto de este cambio de perspectiva, se formalizó una experiencia más reciente y sumamente intensa en el proceso de renovación de la ciudad. Es la que experimentaría el sector de Kop van Zuid, en la margen sur del río Maas, una enorme superficie vacante que tenía una posición estratégica y relativamente próxima al centro de la ciudad.
Maqueta de la renovación propuesta para Kop van Zuid . Teun Koolhaas Architecten, 1987
En 1981 se celebraría en la ciudad un encuentro internacional de arquitectura en el que se invitaría a cinco arquitectos y diseñadores para presentar propuestas y debatir una visión sobre el futuro de Kop van Zuid. Era una época en que algunas ciudades empezaban a darse cuenta de la importancia de la renovación urbana para ejercer un atractivo hacia nuevas empresas, servicios y residentes, generando proyectos urbanos innovadores y estéticamente atractivos
A partir de esa experiencia el Ayuntamiento encargaría a Teun Koolhaas bajo la dirección de Riek Bakker del Departamento de Desarrollo Urbano y Vivienda (Dienst Stedenbouw en Volkshuisveting, dS+V) un plan maestro para el desarrollo completo del área, conservando algunas estructuras preexistentes de interés, como el carismático Hotel New York en el muelle Wilhelmina y, al mismo tiempo, permitiendo la introducción de nuevas estructuras de oficinas y residencia en altura, como la sede de la compañía telefónica KPN de Renzo Piano y el reciente Montevideo de Mecanoo.
La experiencia de los desarrollos urbanos VINEX en los que se ha introducido extensamente a la iniciativa privada bajo el paraguas ideológico de la eficiencia ha constituido una explosión sin igual de nuevos suburbios alrededor de las principales ciudades del país.
Plan Maestro del distrito Vinex de Nesselande. Palmbout Urban Landscapes, 1999
Nesselande, al igual que Ijburg en Amsterdam, es un último desarrollo urbanístico hacia el Noroeste de la ciudad de Rotterdam que se ha ejecutado como zona designada VINEX. Su ordenación consiste en la preservación de una banda central abierta, como supuesta reserva ecológica en la que coexisten superficies de agua y aves con una potente línea de alta tensión. Junto a este eje vacante se ha dispuesto la distribución escalonada de grandes manzanas de viviendas colectiva a partir de una línea de tranvía. En sus extremos se ha previsto por un lado, una gran superficie semiacuática de viviendas unifamiliares en las que cada cual va a proyectar con una formalización diferenciada y, por otro, un parque empresarial junto a una gran infraestructura viaria.
El resultado urbano actual es bastante inhóspito y de insuficiente calidad. El recurso a la iniciativa empresarial supone una constante degradación de la calidad espacial de esos nuevos distritos urbanos y, con ello, una escasa preocupación por el fomento de la vida colectiva. Visitando el lugar se observa una tendencia a la individualización extrema de los hogares y la ausencia de servicios comunes esenciales.
La multitud de rascacielos existentes en el centro de Rotterdam. Maqueta del estado actual de la ciudad. Arriba a la derecha, el área de Kop van Zuid
Detrás de todo este esfuerzo de ordenación básica y de concepción de la forma urbana vendría una pléyade extensa de magníficos proyectistas que han ido construyendo la arquitectura correspondiente. Así se ha ido disponiendo una colección intensa de piezas de alta calidad formal y constructiva, que representan la vibrante idiosincracia colectiva de la ciudad de Rotterdam a comienzos del siglo XXI. Desde las propuestas primeras de Van der Broek y Bakema en Lijnbaan hasta la biblioteca central; las Casas Kubus de Piet Blom o la ya extensa práctica del equipo Mecanoo, liderado por Francine Houben; el propio puente Erasmus de Ben van Berkel o las obras de Wiel Arets y también del equipo Neutelings y Riedjik; o los menos conocidos Tangram o 2012 Architecten que propugnan el formalismo extremo, unos y otros el reciclaje como base para el diseño. Todos los anteriores junto a otras decenas de equipos profesionales que han ido poblando los diferentes barrios de la ciudad con edificios de magnífica factura.
Coolsingel. La avenida principal de la ciudad con el puente Erasmus al fondo.
El urbanismo y la arquitectura de Rotterdam constituyen un inmenso esfuerzo colectivo para sacar el máximo provecho de los recursos comunes. Algo sin parangón en el mundo. Las arquitecturas que se muestran allí al visitante parecen surgidas de una forma casual cuando, por el contrario, son el resultado de una importante conjunción y combinación de energía creativa en la que la planificación urbanística ha tenido y tiene un papel decisivo.
Una reflexión que se desprende de todo lo anterior es que la cualidad del espacio urbano que percibimos, es, siempre, consecuencia de las ideas que sirvieron a la reformulación del proyecto de ciudad. O, a su ausencia. Cuando hay una buena base de planeamiento en la que la necesaria interacción de los intereses privados confluye con el apoyo político para hacer que predomine la visión colectiva y el enriquecimiento global de todos, las ciudades tienen un resultado formal y social muchísimo más adecuado.
La especial estética urbana ha surgido así en Rotterdam de una base ética comprometida con el interés común.
(Dedicado a los interns y trainees españoles que contribuyen al engrandecimiento de esa ciudad).

Leave a Reply